Page 59 - R01
P. 59
problemas se pueden presentar entre personas de un mismo género. Particularmente se
destacan los relacionados sólo entre mujeres. A este respecto, la autora cita muy
acertadamente el dicho de “Mujeres juntas, ni difuntas” Lamas, M., (2015), lo cual aunque
es un dicho bien conocido entre la población mexicana, es importante recapacitar acerca
de éste. Seguramente, muchas mujeres hemos presenciado al menos una situación ya
sea en carne propia, o bien porque alguna otra nos ha contado su experiencia, en donde
se expresa, cómo es que han sido minimizadas o agredidas directa o indirectamente, por
otra mujer.
¿A cuántas mujeres no las han hecho sentir “menos” con alguna mirada, palabra o todo
un discurso, otra mujer?, ¿a cuántas mujeres les han puesto algún tipo de obstáculo para
sobresalir? y esta dificultad ha sido dispuesta por otra mujer. Por ejemplo una jefa o una
maestra. ¿Cuántas veces no hemos presenciado una rivalidad en lo académico/laboral
entre mujeres?, ¿a cuántas mujeres les han esparcido rumores para desprestigiarlas
desde que eran estudiantes, o bien en sus respectivas áreas de trabajo? Éstas son sólo
algunas interrogantes que nos permiten situarnos en un contexto donde la rivalidad y la
violencia -en algunos casos física-, está dada entre mujeres (Lamas, M., 2015).
Si trasladamos estas preguntas a nuestro contexto inmediato podemos darnos cuenta
que no es un problema de una sola persona, sino que es una situación que la viven
muchas mujeres desafortunadamente. Pero ¿qué podemos hacer para reducirla? La
respuesta no es simple y podemos decir que es un proceso el cual conlleva en primera
instancia una introspección y posteriormente si se tiene éxito y hay algún cambio en
nosotros mismos y nuestro entorno, puede entonces propiciar un cambio en la cultura.
Es un proceso lento pero necesario para tratar de igualar las condiciones laborales entre
hombres y mujeres, ya que no solo se estaría reescribiendo nuestra historia, nuestros
sentimientos, y nuestras actitudes, sino las de nuestro contexto y si esto llegase a
permear a otros contextos, entonces se podría estar hablando de un cambio cultural,
donde de manera conjunta hombres y mujeres promuevan nuevos paradigmas en la
sociedad, nuestra sociedad.
Las actitudes y posturas que las mujeres promueven dentro de un ámbito laboral, es
quizás inconsciente, ya que el modo en que se relacionan con el resto, supone actitudes
57