Page 63 - R01
P. 63

donde una mujer acepta que otra mujer tenga algo que compartir con ella. Es un término

               acuñado para valorar la experiencia y enseñanzas que una mujer por su posición (de
               mayor  autoridad,  mayor  desarrollo  intelectual,  entre  otros)  o  bien  por  su  edad  nos

               transmite  su  conocimiento,  y  experiencia  fortaleciendo  los  lazos  entre  mujeres  (El
               affidamento, 1993).

               En  un  mundo  donde  las  mujeres  han  sido  las  principales  víctimas  del  machismo,
               abiertamente  establecido,  no  deberían  generar  rupturas  internas  entre  personas  del

               mismo sexo o del mismo género. ¿No es ya bastante difícil hacer un cambio con las

               personas  que  aceptan  el  orden  machista  previamente  establecido?,  ¿no  sería  mejor
               generar  sororidad  entre  mujeres?,  ¿qué  falta  para  alcanzar  niveles  de  empatía  entre

               mujeres? (Lagarde, M., 2006).
                IV.   Conclusiones

               La violencia puede aparecer en nuestro entorno, sin importar de quién proceda, ni de
               dónde. A veces ésta puede sorprendernos en cualquier situación, pues vendrá de las

               personas que menos lo imaginemos, y en el momento menos esperado; la violencia de

               género  (involucrando  personas  asumidas  dentro  de  un  mismo  género)  no  es  la
               excepción.

               La violencia “que no se ve, pero se siente” pueden parecer invisible, pero es aceptada y

               en muchos casos normalizada. Es este el caso de la violencia relacionada con personas
               del mismo género (en este caso, el femenino), donde de alguna u otra forma, es aceptado

               que  entre  sus miembros  se  puedan  violentar,  y  de  esta  manera  perpetuar el modelo
               patriarcal, bajo el cual seguimos viviendo en muchos contextos. Este tipo de violencia es

               consecuencia  del  modelo  de  masculinidad  actual  (Facio,  A.,  y  Fries,  L.,  2005).  La
               violencia simbólica es una violencia “amortiguada”, que no se ve pero se sufre en el día

               a día, pudiendo llegar a mantenerse a veces por años, constituyéndose como toda una

               forma de vida permitida, y silenciada. Este tipo de violencia promueve conductas que
               pasan “desapercibidas” en la sociedad, pues parecen tan sutiles e insignificantes, que

               pocos las notan, cuando en realidad a todas luces éstas se ven y sobre todo se sienten.
               Este de tipo de violencia puede llegar a ser amarga e insaciable, se repite y reproduce

               cíclicamente. Para las personas que la padecen puede significar vivir día a día bajo la
               opresión de otro, aguantando los horrores de la violencia tanto entre personas de distinto





                                                                                                           61
   58   59   60   61   62   63   64   65   66