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Su representante principal fue Betty Friedan, teórica
y líder feminista estadounidense. Escribió en 1963 La
Mística de la Feminidad, libro clave para la comprensión
del feminismo. Friedan analizó la situación de
sometimiento y dominio sobre las mujeres estadounidenses
de la postguerra desde el aspecto psicológico-social de la
identidad femenina, apareciendo definidas y narradas únicamente como amas de casa, esposas
y madres y presuponiéndolas desinteresadas en lo que ocurría fuera del hogar. A pesar de lo
que psicólogos, expertos y publicistas aseguraban, la vida de las amas de casa de clase media
estadounidense no se parecía en nada a la existencia satisfactoria que mostraban los anuncios
de electrodomésticos, maquillaje o detergentes. Las mujeres que sufrían el que Friedan llamó
el "problema que no tiene nombre" que según datos aportados por la propia autora se
manifestaba en autodestructivas patologías como ansiedad, alcoholismo, desmedido deseo
sexual, neurosis o incluso suicidio. (Amorós Celia.Del Miguel Ana.2005. «El feminismo
liberal estadounidense de posguerra: Betty Friedan y la refundación del feminismo liberal. Por
Ángeles Peredona. Teoría Feminista: de la Ilustración a la globalización. Del feminismo
liberal a la posmodernidad. 2. Minerva. p. 16).
La cuarta ola del feminismo. Inicia en el nuevo milenio hasta la actualidad, en un
contexto en de la globalización económica y la violencia generalizada hacia las mujeres y al
movimiento LGBTTQI. El objetivo de su lucha es contra todo tipo de violencia física, verbal
y económica hacia las mujeres en el ámbito privado y público. Ésta lucha masiva es
acompañada por las redes sociales como los movimientos #Me Too / #Yo si te creo/ He for
She. Las feministas quieren terminar con la creencia masculina de que los hombres pueden
apropiarse de los cuerpos de las mujeres y de que tienen derechos sobre sus cuerpos.
En la cuarta ola nace el feminismo descolonial contra el predominio de la raza blanca como
modelo de éxito social, el feminismo gordo (contra la delgadez impuesta por la moda) y la
unión del feminismo con el movimiento LGBTTIQ y la liberación sexual.
En cuanto los retos o desafíos del
feminismo actual, es el reconocimiento de
proyectos autónomos de acción política para
construir acciones contra las manifestaciones de
opresión patriarcal en función de la étnia, la
religión, la edad, la orientación sexual y la identidad de género. Finalmente, otro desafío es
incorporar a los hombres a formar parte de la transformación social que el feminismo reclama