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asignaturas. Finalmente, intentaré mostrar que las disertaciones filosóficas son
diferentes de otros tipos de escritos argumentativos, pues con ellas no se busca
tanto conseguir la aceptación de un interlocutor, persuadirlo o convencerlo,
sino, más bien, solucionar o al menos tratar de aclarar o entender un problema
filosófico.
Pero, además, enlistaré los títulos de algunos trabajos presentados por el
grupo 421 del Plantel 8 de la ENP (UNAM) durante el año escolar 2014-2015 y
citaré el inicio de dos de ellos para que el lector se dé cuenta de la diversidad de
temas y problemas abordados en ellos y cómo se los enfocó.[2]
LÓGICA, ARGUMENTACIÓN Y EQUIDAD DE GÉNERO
El objetivo principal de la enseñanza de la Lógica es que los y las estudiantes
mejoren su forma de argumentar para que, como consecuencia de ello, también
mejoren su forma de ser. En concreto, con su estudio se busca que se
comprometan con formas de vida razonables (Harada, 2007 y 2009).
Ahora bien, la argumentación es muy
importante dentro de la filosofía, pues la actividad
filosófica o el filosofar consiste en preguntarse por la
razón de ser de las cosas, en concreto, interroga por
las relaciones que guardamos con el mundo, las otras personas y nosotros
mismos (Harada, 2012).[3]
Una disertación filosófica es un escrito que tiene por objetivo tratar de
aclarar o solucionar una cuestión o un problema filosófico. Aunque, obviamente,
antes de tratar de hacerlo hay que probar que se lo entiende o comprende
adecuadamente.
Cabe aclarar que, aunque en una disertación filosófica la argumentación
resulta esencial, a diferencia de otros tipos de escritos argumentativos su
objetivo no es tanto conseguir la aceptación del interlocutor, persuadirlo o