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Surge una cuestión ética ¿es inmoral tratar
de regular la actitud sexual de las personas?, la
respuesta es ciertamente negativa, pues la vida
sexual de una persona se basa en el ejercicio
autónomo de su libertad, sustentada en su dignidad como persona. Las personas
que pretenden regular la expresión sexual de las mujeres, son los hombres. En
ese sentido, se sigue adoptando una perspectiva machista para interpretar una
realidad femenina. Es decir, se “ve” e interpreta la realidad de las mujeres
musulmanas como un aspecto favorecedor sólo para el hombre y no para la
mujer; se piensa que la mujer debe ser una persona con las mismas
características de conducta, comportamiento e ideas que todos los miembros
de su género, lo cual se torna imposible, pues cada mujer es capaz de optar
libremente por la sociedad a la que desea pertenecer, además de asimilar
ideales o roles de conducta para vivir su vida de la forma en que decida hacerlo.
En muchos de los actuales países laicos, la mujer tiene igualdad de
derechos respecto a los hombres, pero hay quienes sostienen que tal vez esa
igualdad la ha expuesto a una agresividad inmoral y materialista que la considera
como un objeto sexual a la venta.
Por otra parte, el Islam
señala que la mujer tiene las
mismas obligaciones morales y
los mismos derechos que el
hombre en cuanto a cuidar su
castidad, integridad, honor y respeto. Al igual que el hombre, la mujer está
calificada y puede realizar cualquier transacción comercial o financiera. Según la
ley Islámica, una mujer puede tener, comprar, vender o realizar cualquier
