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[2] Lo que motivó la solicitud de dicho trabajo fue la constitución de la Comisión Especial de Equidad de Género
               (CEEG) en el Plantel 8 de la ENP, de la cual fui miembro de 2014 a 2015.
               El 25 de febrero de 2013 el Consejo Universitario aprobó los Lineamientos generales para la igualdad de género
               en la UNAM que tienen como finalidad detectar, atender, prevenir y erradicar la discriminación y la violencia
               por motivos de género hacia los miembros de la comunidad universitaria. Con el mismo propósito, a principios
               del escolar 2014-2015, el Consejo Interno del Plantel 8 de la ENP estableció una CEEG local. Además del concurso
               de disertaciones filosóficas del que hablaré más adelante, organicé un concurso para elegir el identificador visual
               (“logotipo”) de la comisión y también otro concurso de carteles.
               [3] Aunque ello no quiere decir que la argumentación sea lo más o lo único importante o que lo sea para todos
               los filósofos y las filósofas en la misma medida. De hecho, la disertación o el ensayo filosófico es uno de los
               muchos medios de expresión a los que ha recurrido la filosofía a lo largo de la historia: otros son la poesía, el
               aforismo, el diálogo, etc.
                [4] Para este trabajo cambié los ejemplos para que sirvan como introducción a los trabajos de dos alumnas que
               ofreceré al final: en clase más bien ofrecí como ejemplo las cuestiones “¿Debemos decir siempre la verdad?” o,
               en concreto, “Si hubieras engañado a tu novio(a), ¿se lo dirías?”, además de “¿Qué es la verdad?”, que son las
               que presenta Onfray al final de Antimanual de filosofía.
               [5] Al final del libro Antimanual de filosofía Michel Onfray ofrece “una propuesta de disertación típica” para
               poner en evidencia sus movimientos, lógica, estructura, construcción y ajustes. Aunque hay que aclarar que el
               filósofo francés no está de acuerdo con su empleo cómo prueba para evaluar a los estudiantes franceses de
               bachillerato.
                [6] Algunas partes de la disertación filosófica son iguales a las de los escritos argumentativos persuasivos y
               convincentes, pero otras son diferentes. Como explicaré en la siguiente sección de este escrito, la disertación no
               lleva exordio; en lugar de narración cuenta con problematización y conceptualización y en vez de peroración con
               una conclusión prospectiva. Por otra parte, en la disertación la argumentación suele ser dialéctica, esto es, con
               base en una tesis, antítesis y síntesis y no formada de una tesis y de la refutación de los argumentos en contra
               de ella.
                [7] En las disertaciones filosóficas lo común es hablar en forma impersonal ("se hará") o en la primera persona
               del plural ("haremos"), en lugar de en primera persona del singular ("haré") ya que, aunque se trata de una
               reflexión individual, se pretende que sus resultados sean compartidos por otras personas.
               [8] Como ya dije, en algunos países, como Francia, la disertación filosófica se emplea para evaluar y hasta para
               seleccionar a los estudiantes de bachillerato pues su elaboración y presentación puede manifestar la posesión
               de capacidades fundamentales para la práctica de la filosofía o el filosofar.
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