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mujeres abundan estas alucinantes y fieras mujeres de pensamiento y
escritura, y también de acción, Arredondo cumple con creces develar y rasgar
esa cortina que hasta la fecha no se ha podido romper del todo. Con ella, la
escritura, mediante una asombrosa capacidad descriptiva de crear ambientes
físicos y mentales, se explora el inconsciente hasta límites donde el
entendimiento parece decir “hasta aquí”. Es decir, estamos frente a un “Lo que
no se comprende”, como el título de un cuento dedicado a Katherine
Mansfield. Hay una mirada profunda que descubre asuntos terribles en esos
abismos del ser humano, violentado por la sexualidad y las pasiones. ¿Tendría
Arredondo dotes de psicoanalista y filósofa de la existencia? Aquí hay un cruce
de caminos, porque en sus textos sorprendentes se asoman estas capas de
análisis y recursos. Pero ella es una escritora, que al igual que Dostoievski o
Virginia Woolf, la mirada la tiene en el centro de los demonios que asaltan y
poseen al ser humano.
Nuestra autora merece más lectura y más exploraciones, porque a la luz del
desarrollo de los estudios de género, ofrece una veta todavía no agotada de
sensualidad y erotismo llevados hasta consecuencias fatales o sublimes.
