Page 13 - R02
P. 13
directores fue del 81.3%. A lo largo de estos años las realizadoras mexicanas han
escuchado en las oficinas federales frases como “es película de viejas”, “las
viejas no saben dirigir […]” (Rashkin, 2011, p. 201).
Este tipo de comentarios, dejan entrever que
no hay respeto y mucho menos equidad de género
hacia las mujeres cineastas. Además de los apoyos
económicos dispares, las mujeres tienen que
enfrentar acciones ofensivas, sexistas y retrógradas
sobre sus producciones: “El cine es un medio de
comunicación que cuenta historias del ser humano y su entorno, a través de
imágenes estructuradas, orienta y propone la experiencia formativa de la
subjetividad, es decir, enseña cómo se debe ser hombre o mujer (García, 2001,
p. 31).
Actualmente, la participación de las mujeres en la industria cinematográfica
ha crecido en los últimos años, mientras que en 2007 dirigieron 10% de la
producción anual, en 2018 llegaron a 20%. Estos números no son los ideales,
pero llenan de esperanza la participación de las mujeres en el cine mexicano. Sin
embargo, los números son bajos, porque entre 1920 y 2018 solamente
contamos con 40 películas dirigidas por mujeres.
2. Las primeras cineastas del cine mudo (1917)
A pesar del dominio masculino en la industria cinematográfica, con Fernando
Sáyago con su filme de Tepeyac y Luis Lezama con su producción de Tabaré,
Mimí Derba, en 1917 junto al camarógrafo Enrique Rosas fundan la compañía
Azteca Films, en la cual dirigió cinco películas inspiradas en los dramas italianos.
Las cintas en cuestión fueron: En defensa propia, Alma de sacrificio, La soñadora,
En la sombra y La tigresa. En esta última además de dirigir, hizo el guion y
participó como actriz. Desafortunadamente tuvo que cerrar la compañía y se
dedicó tiempo completo a la actuación (Sánchez, 2018, p.67).
Otras mujeres destacadas en la industria fueron
Dolores y Adriana Elhers, mejor conocidas como las
hermanas Elhers, quienes fueron pioneras del cine formal
mexicano; además, estudiaron cinematografía en los
Estados Unidos (Estudios Champlain en Boston y después
en los Estudios Universal de Nueva York). A su regreso a
Veracruz abrieron el primer laboratorio cinematográfico
(Ochoa, 2013, p.78). Adriana fue elegida como jefa del Departamento de
Censura y Dolores se hizo cargo del Departamento de Cinematografía durante
el gobierno del presidente Adolfo de la Huerta. La primera producción dirigida